Hay casos en los que el ser humano actúa como su propio medio. Tal es el caso de las flores y las mujeres; nacen, crecen, se desarrollan, florecen (juventud), y se marchitan (mueren).
Para comenzar haremos una breve comparación entre el ser humano y un insecto, pero para ser mas específicos, con una oruga.
Los metafísicos dicen que para que el hombre pueda alcanzar la perfección es necesario que pase por un proceso de cambio y después renazca con todo el esplendor de su perfección, y con esto podemos decir que tanto la oruga como el ser humano son imperfectos, viéndolo desde el contexto de cada uno respectivamente.
Proceso de la metamorfosis del hombre
La mariposa, antes de ser mariposa, tuvo que ser oruga o larva; y la oruga, antes de ser oruga, fue un huevecillo.
Existen teorías acerca de el cielo, el mas allá, la superación del ser humano como materia, la ascensión a otra dimensión mediante la práctica de dogmas o técnicas, etc...
Nosotros ya pasamos por la etapa en que fuimos huevecillos (al estar en el vientre de nuestra madre), ahora estamos en la etapa larvaria (el ser humano carnal), y va a depender de cuanto nos alimentemos en esta vida (me refiero a alimentar el espíritu, mas no al cuerpo como materia), si alcanzamos transformarnos (de materia a espíritu) como la oruga estando en el capullo (muerte carnal) debido a la suficiencia de nutrientes, o quedamos presos en el capullo (muerte carnal y espiritual o definitiva).
La muerte como un proceso
Así que es conveniente, no pensar en la muerte como una tragedia, sino mas bien como algo que nos tiene que ocurrir a todos y que es parte de un proceso para alcanzar otro tipo de vida; una vida espiritual perfecta.